Cultivar marihuana en balcón o terraza es habitual, sobre todo en áreas urbanas, donde tener jardín no es lo más común. Una opción perfecta para quienes se inician en la cannabicultura, ya que la inversión en material es mínima, y las pérdidas también (en caso de fracasar en el cultivo). En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber para cultivar con éxito en tu balcón o terraza. ¡Sigue leyendo!

Para lograr una cosecha abundante hay que tener en cuenta muchos factores durante todo el ciclo de vida de tus plantas. Hemos resumidos los puntos fundamentales in tres diferentes fases:

• Fase de preparación
• Fase de siembra
• Fase de seguimiento

Cultivar marihuana en terraza o balcón: fase de preparación

1) Luz perfecta y discreción para tu cultivo

Antes de comenzar a cultivar marihuana en terraza o balcón, deberás comprobar si este recibe la suficiente luz solar directa. Las plantas de marihuana necesitan un mínimo de 5-6 horas de luz directa para crecer sanas y fuertes, y producir una buena cosecha. Si tu balcón o terraza solo recibe las mínimas horas de luz directa (5h), te aconsejamos el cultivo de variedades autoflorecientes. Las plantas de cannabis autoflorecientes poseen un período de crecimiento más corto y florecen rápido, por lo que podemos obtener cosechas abundantes con pocas horas de luz.

Evita el sol del mediodía que podría llegar a quemar las plantas. Podemos utilizar alguna malla de sombreo o de ocultación (u otro tipo de tela que deje pasar la luz) para proteger las plantas. Una gran ventaja que ofrece el cultivo en maceta es la posibilidad de desplazar las plantas, colócalas estratégicamente en tu espacio de cultivo para aprovechar el sol al máximo, y evitar quemaduras.

¡Ojo con la contaminación lumínica! Con las variedades fotodependientes no podemos olvidarnos de observar y analizar la contaminación lumínica de farolas o luces de otros vecinos cerca. Esta luz artificial puede confundir a las plantas hasta el punto que estas no florezcan. Recuerda que para pasar a la fase de floración, las variedades fotodependientes necesitan un ciclo de 12h luz/12 h oscuridad ininterrumpida.

Finalmente, la discreción es un factor de suma importancia si cultivamos en balcón o terraza. Aunque existe una extendida cultura de cultivo y consumo de cannabis en nuestro país, hay que recordar que el cultivo sigue estando perseguido por la ley. Tampoco debemos olvidar la amenaza de ladrones, por desgracia un hecho bastante común en el cultivo de cannabis, una malla de ocultación en estos casos puede ser de gran ayuda.

2) El mejor momento para plantar

El mejor momento para plantar en balcón o terraza, en el hemisferio norte, es entre abril y junio. Cuanto más temprano plantes, más tardarán tus plantas en florecer por lo que su fase de crecimiento será más larga, y se harán más grandes. Si quieres plantas muy pequeñas, planta tarde; junio es un buen momento, ya que la mayoría de plantas de fotoperíodo florecen en agosto.

El mejor momento para plantar en balcón o terraza, en el hemisferio norte, es entre abril y junio. Cuanto más temprano plantes, más tardarán tus plantas en florecer por lo que su fase de crecimiento será más larga, y se harán más grandes.

3) Cultivos asociados

Un excelente método para ocultar tus plantas es rodearlas de otras plantas; estas se conocen como “cultivos asociados”. Cultivar otras plantas, plantas de hoja y flores, al lado de tu marihuana, para que esta se mimetice con la vegetación de su entorno.

4) El olor

El olor es otro factor de riesgo que podría delatarnos con facilidad, sobretodo cuando llega la floración. En interior, los filtros son de gran ayuda; pero si cultivamos en exterior, necesitaremos un poco más de ingenio. Las plantas aromáticas son la mejor opción: lavanda, ajo, albahaca, gardenias, jazmín, rosas, caléndulas, petunias… ¡experimenta tú mismo/a! Algunas de estas plantas sirven también de defensa contra insectos dañinos (como el ajo, la albahaca, la caléndula), ya que son depredadoras, los repelen o los atraen, desviando su atención de las plantas de marihuana.

Cultivar marihuana en terraza o balcón: fase de siembra

1) Escoge la genética adecuada

Especialmente en el caso de los cultivadores noveles, escoger la genética adecuada será clave para un cultivo exitoso. Las variedades Índicas son las más recomendadas para el cultivar marihuana en terraza o balcón, su crecimiento es más corto, compacto y arbustivo. Por el contrario, las Sativa tardan más en florecer, crecen altas y esbeltas, y es más difícil controlar su altura. Los híbridos también son una excelente opción, siempre y cuando sean de dominancia Índica. Las genéticas Kush (ejemplos + links) dan lugar a plantas especialmente compactas y pequeñas.

Las variedades Índicas son las más recomendadas para el cultivo en balcón o terraza, ya que su crecimiento es más corto, compacto y arbustivo. Por el contrario, las Sativa tardan más en florecer, crecen altas y esbeltas, y es más difícil controlar su altura.

2) Utiliza un sustrato de calidad

Actualmente, en el mercado hay una gran variedad de sustratos específicos para el cultivo de cannabis. Existen sustratos ligeros y fertilizados, con muy variadas composiciones (coco, turbas, perlita, arcilla, vermiculita), para satisfacer las necesidades y gustos de cada cultivador. En Sativa World podrás encontrar tierras y sustratos de todas las clases, de las mejores marcas del sector: Plagron, Canna, Atami, Monkey Soil.

Puedes preparar tu propio sustrato de la mejor calidad, de forma casera. ¡es muy fácil! Prueba con el Super Soil, “el sustrato definitivo para el cultivo ecológico de cannabis”. Lee el artículo y aprende a preparar tu propio sustrato Super Soil.

3) La maceta importa

Si quieres plantas pequeñas, cultiva en macetas pequeñas. El tamaño de la maceta determinará el tamaño de la planta. Como seguramente sabrás, la planta crece lo mismo que crecen las raíces, una hacia el cielo y las otras hacia el suelo. Por lo tanto, cuanto menos espacio tengan las raíces para crecer, menos crecerá la planta también. Eso no significa que tengamos que renunciar a una cosecha abundante. Con técnicas de entrenamiento podemos maximizar el rendimiento del cultivo.

Las mejores macetas para cultivar (ya sea marihuana, tomates o rosas), son las macetas textiles, cuya marca líder es Smart Pot. Este tipo de macetas están fabricadas en un tejido 100% orgánico, de alta resistencia y porosidad, que ofrece un drenaje óptimo del agua de riego. Esto permite a las raíces de tus plantas respirar, y evitarás problemas asociados al exceso de agua en el sustrato.  Recuerda que deberás regar con más frecuencia que con otras macetas. Además, las macetas inteligentes Smart Pot previenen la espiralización de las raíces. ¡Cultivando en macetas textiles conseguirás un sistema radicular saludable y abundante! Son 100% ecológicas, reutilizables y muy fáciles de limpiar.

4) Cuándo y cómo transplantar

Cultivando variedades fotodependientes, la primera maceta que utilices no deberá exceder los 2 L de capacidad, 0,5 L- 1 L es lo ideal. De este modo, la planta aprovechará al máximo los nutrientes y la humedad del sustrato. De aquí en adelante, realizaremos una serie de trasplantes cada vez que la planta duplique el tamaño de la maceta (su altura sea dos veces la de la maceta), esto nos indica que las raíces ya han invadido todo el sustrato.

De aquí en adelante, realizaremos una serie de trasplantes cada vez que la planta duplique el tamaño de la maceta (su altura sea dos veces la de la maceta), esto nos indica que las raíces ya han invadido todo el sustrato.

El primer trasplante lo haremos en una maceta de 3,5 L. El segundo, en una maceta de 7 L, y continuaremos con una de 11 L. El trasplante final lo haremos a una de 30 L – 50 L, dependiendo del tamaño de la planta.

Es preferible realizar los trasplantes temprano por la mañana o al atardecer, para que las plantas no se estresen. Después de cada trasplante, puedes utilizar estimuladores de raíces para ayudar a la planta a enraizar, como X-Rooting, Delta 1, Root Force o Startbooster. Así como bacterias y microorganismos beneficiosos, que protegen y fortalecen las raíces, como Bactrex, Monkey Myko o Bactofil. Si es tu primera vez, aquí te contamos cómo realizar un buen trasplante en 5 sencillos pasos.

Si cultivas variedades autoflorecientes, puedes plantar desde el inicio en la maceta final, empleando la misma maceta durante todo el cultivo. Debido a su corto período de crecimiento y reducido tamaño, las plantas autoflorecientes se pueden estresar si las trasplantamos. Lo habitual es emplear una maceta de entre 11 L y 22 L.

Cultivar marihuana en terraza o balcón: fase de seguimiento

1) Técnicas de poda y entrenamiento

Emplear alguna técnica de entrenamiento o poda es una manera ideal de ocultar nuestro cultivo, ya que nos permitirá contener el crecimiento de la planta, y guiarlo para que la planta crezca en horizontal en lugar de vertical. También conseguiremos incrementar el rendimiento de nuestro cultivo, y reducir el riesgo de aparición de hongos y plagas.

Actualmente, los cannabicultores pueden escoger entre una amplia variedad de técnicas de poda y entrenamiento, como son el FIM, Supercropping, ScrOG, SOG, LST, Mainlining, Topping o poda apical. Empezaremos a podar o entrenar nuestras plantas después de 2 meses (8ª semana) desde la germinación, para que sus ramas tengan la resistencia suficiente (1 mes después del primer trasplante, si cultivamos con esquejes).

2) Vientos, lluvias y calor extremo

Para cultivar marihuana en terraza o balcón hay que tener en cuenta los factores meteorológicos. Mantén tus plantas alejadas de vientos fuertes, que podrían dañarlas. Dependiendo de la región donde cultivemos, esto puede ser una cuestión seria, en especial, en edificios muy altos. Proporciona a tus plantas protección física, colocando una malla, por ejemplo. Una gran ventaja de cultivar en macetas, es que se pueden desplazar fácilmente. Ubica tus plantas donde estén más protegidas, o incluso puedes entrarlas en casa, si es necesario. Utiliza cuerdas, piedras, cables… para sujetarlas y evitar que caigan.

Las lluvias ininterrumpidas o intensas también pueden afectar a tu cultivo. La tierra siempre está húmeda, por lo que las raíces se ahogan, y el crecimiento de la planta se detiene. Si la planta está ya en floración, el problema se agranda, pues a pocas semanas de la recolección, la cosecha se puede echar a perder, por la aparición de hongos.

El calor extremo es otro gran enemigo del cultivador. Algunas soluciones para evitar que las plantas sufran por calor son: colocar una malla de sombreo, o mojar las paredes y el suelo del espacio de cultivo. Los llamados “cultivos asociados”, que hemos visto anteriormente, también ayudan a crear un microclima en nuestro cultivo, protegiéndolo del calor.

Ocurre lo mismo con las macetas; si el sol les da directamente, las raíces pueden verse dañadas. Plantaremos en macetas de color blanco, que refleja el calor, para evitar que el sistema radicular de nuestras plantas se asfixie. El suelo absorbe y mantiene el calor durante el día, y lo libera durante la noche; con lo cual es aconsejable elevar las macetas del suelo, con unos ladrillos o una estructura (de palés, por ejemplo). Unas bandejas de cultivo también pueden servir para aislar las macetas del suelo.

3) Riego

Regar correctamente es vital para un cultivo sano y abundante. Un error muy común entre cultivadores principiantes es regar demasiado las plantas. Solemos pensar que más siempre es mejor; pero cuando regamos nuestras plantas de marihuana, hay que proporcionarles el agua justa, cuando la necesitan. Para unas raíces sanas, el sustrato se tiene que secar, antes de volver a regar. Una tierra demasiado mojada, o constantemente húmeda, puede frenar la absorción de nutrientes por parte de las raíces. Las raíces pueden incluso llegar a morir, por ahogo (falta de oxígeno) o putrefacción.

Regar correctamente es vital para un cultivo sano y abundante. Un error muy común entre cultivadores principiantes es regar demasiado las plantas. Solemos pensar que más siempre es mejor; pero cuando regamos nuestras plantas de marihuana, hay que proporcionarles el agua justa, cuando la necesitan. Para unas raíces sanas, el sustrato se tiene que secar, antes de volver a regar.

Procura siempre regar a primeras horas de la mañana o a la noche, para evitar que el sol queme las plantas. Por otro lado, es importante controlar el pH (5,8 – 6.3) y la EC (0,4-0,6 mS) del agua, sobre todo si regamos con agua del grifo. Para medir y corregir estos parámetros, utilizaremos medidores y un corrector de acidez. El agua de lluvia es la más pura que existe, si tenemos la suerte de poder utilizarla, nuestras plantas lo agradecerán. Otra opción es emplear filtros o equipos de osmosis para tratar el agua que sale del grifo. En Sativa World, ofrecemos una extensa gama de material y equipamiento para tratamiento del agua.

4) Fertilización

Si el exceso de riego es un problema común entre cultivadores novatos, con el abonado ocurre lo mismo: la sobrefertilización es un problema muy habitual en el cultivo de cannabis. Abonar más no es siempre la solución para una carencia nutricional; es probable que la planta no pueda absorber cierto nutriente por la deficiencia de otro, o a causa de unos niveles de pH o EC inadecuados.

Existen otros factores que también pueden afectar el crecimiento de la planta, como la humedad, la temperatura, o un sistema radicular débil. Las plantas, como el ser humano, son seres holísticos y complejos, y también lo son sus problemas de salud. Para saber el modo de aplicación y dosificación de cada fertilizante, seguiremos las indicaciones del fabricante.

Dos semanas antes de la cosecha, hay que proceder al lavado de raíces de nuestras plantas (regar solo con agua) para limpiarlas de fertilizantes, que contaminan el sabor y el efecto de las flores. Esto es de suma importancia, si hemos utilizado abonos minerales, ya que son altamente dañinos para los pulmones. Si quieres saber más sobre cómo realizar un buen lavado de raíces, y cómo regar y fertilizar tu cultivo de marihuana, pincha aquí.

¡Ojo a insectos y plagas! Cuando se cultiva al aire libre, las plantas están más expuestas al ataque de insectos y plagas; y el calor acentúa esta amenaza. Siempre es mejor prevenir que curar. Por esta razón: revisa tus plantas con regularidad, utiliza métodos de prevención, y te ahorrarás disgustos. Aplicar insecticida a base de neem, cada 2 o 4 semanas protegerá tus plantas de ácaros (como la temida araña roja), trips, pulgones, mosca blanca, e incluso algunos hongos. Bio Neem, Proneem o Neemazal son algunos productos que puedes adquirir en Sativa World.

La esperada cosecha

Primero de todo, para saber cuándo cosechar nuestras plantas, miraremos la recomendación del banco de semillas. En el momento de la cosecha, cuanto más amarillas estén las hojas de la planta mejor, esto significa que está perdiendo sus nutrientes, y resultará en una experiencia más dulce y menos irritante para la garganta.

En el momento de la cosecha, cuanto más amarillas estén las hojas de la planta mejor, esto significa que está perdiendo sus nutrientes, y resultará en una experiencia más dulce y menos irritante para la garganta.

Si queremos más precisión y rigurosidad a la hora de cosechar, nos valdremos de una lupa para observar el color de los tricomas y los pistilos (estigmas) de las flores. No vamos a profundizar más sobre este tema ahora. Si quieres saber más, consulta este otro artículo sobre cuándo y cómo cosechar tus plantas de cannabis. Después de cortar, si tenemos un poco más de paciencia, un buen secado y curado de nuestra cosecha de cannabis  marcará la diferencia. Obtendremos cogollos con un sabor y efecto complejos y refinados, para satisfacer los paladares de los más sibaritas.

Concluyendo, si decidimos cultivar en balcón o terraza, necesitamos tener en cuenta algunos aspectos tales como la discreción, las horas de sol, la exposición a plagas y enfermedades y los elementos climáticos (temperatura, viento, lluvia, humedad). Sin embargo, no tiene porque ser una tarea difícil. La inversión es pequeña, y los resultados pueden ser enormes. Una solución ideal para quienes se inician en el cultivo de cannabis, y para quienes residen en entornos urbanos.