En Europa, la situación política actual con relación al cannabis es muy variada, con diferencias importantes entre los distintos países de la unión. En muchos casos, la opinión y actuación de los gobiernos locales con respecto a sus homólogos centrales entran en conflicto. Así, se crean situaciones totalmente desconcertantes como la de la metrópolis de Barcelona en nuestro país, donde actualmente operan más de 250 CSC’s en una “zona gris” legal. La otra gran noticia de este siglo con respecto a leyes y cannabis es la despenalización del CBD en todo el territorio de la UE, así como la producción de cáñamo industrial (con menos de un 0,2% de THC), y el llamado “cannabis light” en Italia (hasta 0,6% de THC) y Suiza (hasta un 1% de THC) y su prometedor mercado. Conviene saber también que, si bien es posible que el cultivo esté penalizado, adquirir semillas de cannabis (aunque, en algunos países, únicamente online) es legal en la gran mayoría de los países de la unión, ya que las semillas de la planta no se consideran una sustancia estupefaciente por no contener THC. Esto es así siempre y cuando esas semillas sean compradas para uso decorativo o técnico, y no lleguen nunca a germinar.

Cultivo de cáñamo industrial

Situación legal de la marihuana por países

Los tratados de fiscalización de drogas de la ONU y la legislación de la UE limitan la acción de los gobiernos de sus estados miembros con respecto a las políticas cannábicas. Pese a ello, desde finales de los 60, en Europa ha proliferado cierta tolerancia hacia el cannabis y, en muchos países se hace una distinción legal entre “drogas duras” y “drogas blandas”, donde se incluyen la marihuana y sus derivados.

Atrás quedaron los días en que los Países Bajos eran el paraíso de los fumetas. El fenómeno de los coffeeshops era algo muy peculiar y exclusivo, que solo se podía conocer si se viajaba al país de los tulipanes. En los últimos años, todo esto ha cambiado, y hemos sido testigos de la legalización del CBD y el “cananbis light” en varios países del viejo continente; así como la producción, comercialización y uso de cannabis medicinal e industrial (este último conocido tradicionalmente como cáñamo, con un contenido de THC igual o inferior a 0,2%) en Europa (véase el espectacular mapa interactivo sobre la situación del cannabis medicinal en Europa, que Talking Drugs publica en su web y nosotros hemos utilizado para redactar este artículo). El cultivo y consumo para uso personal, están despenalizados en muchos países y gozan de cierta permisividad por parte de autoridades y jueces.

Los tratados de fiscalización de drogas de la ONU y la legislación de la UE limitan la acción de los gobiernos de sus estados miembros con respecto a las políticas cannábicas. Pese a ello, desde finales de los 60, en Europa ha proliferado cierta tolerancia hacia el cannabis y, en muchos países se hace una distinción legal entre “drogas duras” y “drogas blandas”, donde se incluyen la marihuana y sus derivados.

España

El Código Penal español castiga como delito el cultivo, la elaboración, el tráfico y la posesión ilícita, así como las actividades que promuevan, favorezcan o faciliten el consumo de drogas tóxicas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas a terceras personas. Por otro lado, el artículo 368 del Código Penal español distingue entre aquellas drogas que causan grave daño para la salud y las que no, a este último grupo pertenece el cannabis. Por esta razón el cultivo, la posesión y el consumo de cannabis no son un delito, siempre que sea en privado y para uso personal. A estos efectos, la ley establece que cada persona puede tener legalmente hasta 100 g de marihuana en casa, ya que considera que esa es la cantidad necesaria para 5 días. En espacios públicos, la tenencia de cualquier cantidad de marihuana está totalmente prohibida, asimismo el movimiento de personas con objeto de facilitarles el acceso a drogas tóxicas, y la tolerancia y no impedimento del consumo y tráfico en locales o establecimientos públicos. Estas actividades están consideradas como infracción grave, y las consecuencias legales pueden ser la incautación de la droga y una multa de 600 a 30.000 euros.

Por otro lado, el artículo 368 del Código Penal español distingue entre aquellas drogas que causan grave daño para la salud y las que no, a este último grupo pertenece el cannabis. Por esta razón el cultivo, la posesión y el consumo de cannabis no son un delito, siempre que sea en privado y para uso personal.

Si bien hemos visto que la venta de marihuana en nuestro país está tipificada como delito en el Código Penal, actualmente estamos viviendo un fenómeno totalmente insólito con la aparición de los Clubs Sociales de Cannabis, cuya actividad está tolerada por parte de las autoridades públicas, y donde se permite el suministro de cannabis a los socios. Los CSC’s son asociaciones sin ánimo de lucro que cultivan cannabis de forma colectiva para el consumo exclusivo de sus socios. Actualmente, estos establecimientos existen en todo el territorio nacional, si bien se concentran en un 80% en el área metropolitana de Barcelona, donde operan más de 200 clubs actualmente.

Si hablamos de cannabis terapéutico, España anda a la cola de Europa en materia legislativa, pues todavía no existe una regulación específica para el uso médico del cannabis. En 2010, la Agencia del Medicamento aprobó la comercialización de Sativex en España y, desde entonces, su uso es legal. En la práctica solo se receta a pacientes con esclerosis múltiple que no han respondido adecuadamente a otros medicamentos. Un grupo de expertos del ámbito jurídico, sanitario y otras disciplinas ha elaborado una propuesta de ley para la regulación del cannabis medicinal en esta nueva legislatura.

Si hablamos de cannabis terapéutico, España anda a la cola de Europa en materia legislativa, pues todavía no existe una regulación específica para el uso médico del cannabis. En 2010, la Agencia del Medicamento aprobó la comercialización de Sativex en España y, desde entonces, su uso es legal. En la práctica solo se receta a pacientes con esclerosis múltiple que no han respondido adecuadamente a otros medicamentos.

En España, se puede utilizar el cáñamo industrial como producto cosmético, siempre y cuando posea su regulación correspondiente de la Agencia del Medicamento “solo para uso externo”. Esta es la definición por defecto con respecto al uso de derivados del CBD en los estados miembros de la mayoría de Europa. Para que un producto con CBD pueda ser registrado y vendido en España en su etiqueta debe figurar, por ley, la advertencia “Para uso externo solamente”. Esto también se aplica a los productos made in Spain para su comercialización nacional o exportación.

Portugal

El país luso despenalizó el consumo y la tenencia de cualquier tipo de droga en 2001, incluido el cannabis. De este modo, la ley 30/2000 determina que el consumo y posesión de una “pequeña cantidad para uso personal” no supone un castigo en Portugal. Se considera como “pequeña cantidad para uso personal” aquella que no exceda lo necesario para el consumo individual durante un período de 10 días. Sin embargo, el cultivo de marihuana sigue siendo ilegal en el país vecino, aunque sea en casa y para uso personal. Por otro lado, si te pillan vendiendo cannabis, la pena va de uno a cinco años de prisión. La sentencia se reduce si se demuestra que esa actividad era para financiar tu adicción personal.

Sin embargo, el cultivo de marihuana sigue siendo ilegal en el país vecino, aunque sea en casa y para uso personal. Por otro lado, si te pillan vendiendo cannabis, la pena va de uno a cinco años de prisión. La sentencia se reduce si se demuestra que esa actividad era para financiar tu adicción personal.

En junio de 2018, el parlamento portugués aprobó por amplia mayoría una ley que legalizaba los medicamentos derivados del cannabis, y que entró en vigor en febrero del pasado año. El Sativex es legal para uso médico desde 2012, aunque de difícil acceso. Es imprescindible una receta, y los médicos solamente expiden las recetas a afectados por una lista limitada de enfermedades, y únicamente tras ser descartados todos los tratamientos convencionales. Activistas cannábicos alertan de que este programa favorece mayormente a las grandes farmas. La ley establece también que el gobierno debe apoyar la investigación científica del cannabis y sus potenciales beneficios terapéuticos. Cuando hablamos de CBD y cáñamo industrial, está permitido el uso de CBD para fines medicinales (siempre y cuando el contenido en THC sea menor del 0,2%), el cual se puede obtener y consumir sin receta. En Portugal, es legal el cultivo de cáñamo industrial por parte de empresas con un permiso del Ministerio de Agricultura. Sin embargo, la regulación es muy estricta y los cultivadores son objeto de inspecciones continuas. A principios del pasado año, el gobierno suspendió todas las licencias y muchos agricultores tuvieron grandes pérdidas, así que la situación en relación a la producción de cáñamo industrial en Portugal es incierta.

En junio de 2018, el parlamento portugués aprobó por amplia mayoría una ley que legalizaba los medicamentos derivados del cannabis, y que entró en vigor en febrero del pasado año. El Sativex es legal para uso médico desde 2012, aunque de difícil acceso. Es imprescindible una receta, y los médicos solamente expiden las recetas a afectados por una lista limitada de enfermedades, y únicamente tras ser descartados todos los tratamientos convencionales.

En Portugal, como en España, también existen clubes cannábicos. Sin embargo, los CSC’s portugueses lo tienen más difícil ya que operan totalmente fuera de la legalidad, pues cualquier tipo de cultivo está penalizado. Estos clubes funcionan igual que en España: se constituyen como asociaciones sin ánimo de lucro, que cultivan marihuana de manera colectiva para el consumo exclusivo de sus socios.

Países Bajos

Los Países Bajos han sido hasta ahora, el estandarte en políticas progresistas de cannabis a nivel mundial. Desde los años 70, en Holanda existe una cierta aceptación del uso del cannabis tanto a nivel legal como social. En 1976 se aprobó la Ley del Opio, que distinguía entre “drogas duras” y “drogas blandas”. El cannabis pasó a formar parte del segundo grupo, dando luz verde a su despenalización. Hoy en día, pese a que la ferviente escena de los coffeeshops sigue siendo uno de los reclamos turísticos de la capital, el consumo y la posesión de cannabis no son legales, pero las autoridades hacen la “vista gorda”. Se da entonces la situación de que, técnicamente, en Holanda podrían condenarte por poseer, incluso, “pequeñas cantidades” de marihuana (considerando como pequeña cantidad hasta 5 g de marihuana). No obstante, si ocurre que te encuentran en la calle con una cantidad menor de 5 g, lo más probable es que te la incauten (ni tan siquiera eso, si te encuentras en el centro de Amsterdam) y no te caiga ni una multa. Por una cantidad mayor, se suele poner una multa de 75 euros; o penas de cárcel si hay agravantes. En cuanto al consumo en espacios públicos, las autoridades no suelen causar problemas si se respeta la distancia con escuelas y otros centros para menores, sobretodo en la capital. En cualquier caso, si te pillan fumando marihuana lo peor que te podría ocurrir sería que te impusieran una sanción.

En Amsterdam y otras ciudades ya operaban coffeeshops antes de la Ley del Opio, pero de manera más bien clandestina, con conflictos constantes con las autoridades locales. En 1979 se aprobó un marco de regulación legal de los coffeeshops, en el cual se establecían las condiciones para vender cannabis sin riesgo a consecuencias penales, aunque la venta de cannabis continuara siendo ilegal. Hoy en día, los coffeeshops se reconocen formalmente como los únicos puntos de venta legítimos, debiendo cumplir con ciertos requisitos (no vender más de 5 g al día/persona, no vender ni permitir la entrada a menores de edad, no vender alcohol, tener un stock de 500 g como máximo. A esta política de tolerancia hacia el cannabis (y también en otros casos) se la conoce en holandés como “gedoogbeleid”, y muchas veces responde a un choque entre las políticas locales y los tratados internacionales. Pese a esta situación de tolerancia hacia la venta y uso del cannabis en los coffeeshops, lo que se conoce como la “puerta trasera” (el cultivo de esta planta) sigue siendo ilegal. La legalización del cultivo es una lucha que llevan años librando los activistas cannábicos holandeses. El cultivo para uso personal (considerado de 5 plantas o menos) en espacios privados está despenalizado, y el castigo suele ser la incautación de las plantas sin procesamiento. Si se dan 2 o más indicios de que el cultivo es para la venta, entonces sí podrían condenarte a trabajos comunitarios o cárcel.

Hoy en día, los coffeeshops se reconocen formalmente como los únicos puntos de venta legítimos, debiendo cumplir con ciertos requisitos (no vender más de 5 g al día/persona, no vender ni permitir la entrada a menores de edad, no vender alcohol, tener un stock de 500 g como máximo… Pese a esta situación de tolerancia hacia la venta y uso del cannabis en los coffeeshops, lo que se conoce como la “puerta trasera” (el cultivo de esta planta) sigue siendo ilegal.

Desde 2003, se puede obtener cannabis medicinal con receta en Holanda. Por otro lado, la situación del CBD es bastante confusa, es ilegal producirlo pero es legal su adquisición y consumo; así como la producción de cáñamo industrial, con autorización oficial. En consecuencia, es legal cultivar cáñamo industrial en Holanda, exportarlo para elaborar con él derivados de CBD e importar esos productos de nuevo a Holanda para su venta y consumo. Una situación cuanto menos curiosa que supone, además, un tremendo gasto en recursos. El cáñamo industrial se cultiva en el país de los años 90 y, actualmente se estima que existen miles de hectáreas de esta planta en territorio holandés. La empresa Hemplflax, fundada por el creador de Sensi Seeds, Ben Dronkers, es uno de los mayores proveedores de cáñamo a nivel mundial. Además de elaborar y comercializar una amplia oferta de productos derivados del mismo como textil, material de construcción, cosméticos, etc.

Coffeeshop Bluebird situado en Amsterdam

Dinamarca

En Dinamarca las políticas de cannabis se han vuelto progresivamente más represivas en décadas recientes. En el período comprendido entre 1969 y 2004, la posesión de hasta 10 gramos para uso personal no entrañaba acciones procesales, ya que las autoridades hacían la vista gorda ante la venta de cannabis a pequeña escala, en especial en la ciudad libre de Christiania y alrededores. Sin embargo, a partir de la década de los 2000, el Gobierno liberalconservador empezó a reprimir a la comunidad cannábica y la situación actual ha cambiado mucho. Dinamarca ha legalizado el cannabis medicinal, pero con respecto al mercado recreativo el futuro se prevé negro. Así, en Dinamarca es ilegal poseer cannabis y la sentencia puede ser una multa o pena de prisión. No obstante, el uso personal de cannabis no es delito, por lo que si te pillan con 10 gr o menos, el castigo suele ser una multa de 70€ ya que el cannabis está considerado como “droga blanda”. Para más de 10 g, el castigo puede incrementarse en una dura pena de 10 a 16 años de cárcel.

 No obstante, el uso personal de cannabis no es delito, por lo que si te pillan con 10 gr o menos, el castigo suele ser una multa de 70€ ya que el cannabis está considerado como “droga blanda”. Para más de 10 g, el castigo puede incrementarse en una dura pena de 10 a 16 años de cárcel.

La venta del cannabis también es ilegal y las consecuencias legales pueden ser, igual que con la posesión, una multa o cárcel. En cuanto al cultivo, si bien este está incluido en el Código Penal como delito, existe cierta tolerancia si este es para uso personal. Tampoco es ilegal enviar, comprar y poseer semillas en Dinamarca (siempre y cuando no sean germinadas). Si bien en Dinamarca se cultiva, ten en cuenta que si te pillan, aunque no suele considerarse un delito grave, sigue siendo ilegal.

En enero de 2018, la Agencia Danesa de Medicamentos creó el programa de cannabis medicinal y, en julio de ese mismo año, se legalizó la posesión y venta de aceite de CBD con un contenido en THC de hasta un 0,2%. Hasta el momento, doce empresas han conseguido licencia para producir y vender cannabis (en su forma herbácea) con fines medicinales, y se han aprobado los medicamentos derivados Sativex, Marinol y Nabilona. Tanto las flores de cannabis medicinal como sus medicamentos derivados, pueden obtenerse en farmacias o directamente en el médico.

Bélgica

En 2003 se aprobó una ley según la cual se distingue entre la posesión de cannabis para uso personal y todos los demás delitos relacionados con drogas. Las Directrices Ministeriales publicadas en 2005 reservaban para la posesión de una planta o 3 gramos de cannabis, siempre que no concurrieran circunstancias agravantes, la más baja prioridad de procesamiento. Por lo tanto, está despenalizado el cultivo de una planta de marihuana en casa, pero si cultivamos más de una planta estaremos incurriendo en delito, y tampoco se puede usar las semillas para alimentación. La venta de cannabis en el país del chocolate y la cerveza supone una multa o pena de prisión, dependiendo de las circunstancias, según las cuales existen tres categorías de gravedad distintas. En base a las Directrices Ministeriales de 2005, un grupo activistas siguieron el ejemplo de España y adoptaron el modelo de los clubes sociales de cannabis (CSC). El primer club social de usuarios de cannabis belga se creó en 2006 en Amberes, para usuarios medicinales y recreativos. Los clubes impusieron un límite de una planta por socio, con un sistema de cultivo colectivo, pensando que así se les reservaría la más baja prioridad de procesamiento, según el umbral fijado por las Directrices Ministeriales. Desgraciadamente, la realidad es que la policía confisca plantas con frecuencia, y los socios de varios clubes importantes se han enfrentado a procesos judiciales. Trekt Uw Plant (TUB), el primer club del país, ha sido condenado a cesar su actividad y disolverse en un juicio celebrado el pasado junio. 121.250€ han sido incautados y sus miembros han recibido penas de hasta 20 meses de privación de libertad.

 El primer club social de usuarios de cannabis belga se creó en 2006 en Amberes, para usuarios medicinales y recreativos. Los clubes impusieron un límite de una planta por socio, con un sistema de cultivo colectivo, pensando que así se les reservaría la más baja prioridad de procesamiento, según el umbral fijado por las Directrices Ministeriales. Desgraciadamente, la realidad es que la policía confisca plantas con frecuencia, y los socios de varios clubes importantes se han enfrentado a procesos judiciales.

En 2015, la ministra de sanidad belga firmó un decreto real para legalizar la venta de cannabis medicinal, si bien solo hay un producto derivado del cannabis disponible, hasta ahora el Sativex. El CBD es totalmente ilegal en Bélgica, no se permite ni la venta ni la compra de aceite de CBD (si bien algunos fabricantes lo distribuyen) ni cualquier otro “producto alimentario” con cannabis en su composición, aún con unos niveles de THC menos de 0,2%. El cultivo de cáñamo industrial es totalmente legal.

Suiza

Suiza tiene una larga tradición de políticas progresistas en materia de drogas, sobre todo en lo que respecta a la reducción de daños. El año pasado, el parlamento despenalizaba la tenencia de 10g o menos de cannabis, y ahora no comporta ninguna sanción, ni siquiera una multa. Si te pillan consumiendo o en posesión de más de 10 g de cannabis podrías recibir una multa de CHF 100. En el país de los relojes, es totalmente legal cultivar hasta cuatro plantas para uso personal en siete de sus trece cantones.

Suiza está viviendo en los últimos años, junto con Italia, lo que podría llamarse la fiebre del CBD. Desde que el gobierno despenalizara el cultivo, la compra, la posesión, y el consumo de “cannabis light”, con menos de un 1% de THC (el umbral es de 0,2% en la Unión Europea). Se considera que no provoca efectos psicoactivos, por lo que no está considerada una sustancia estupefaciente y no está incluida en la Ley de Narcóticos del país alpino. Ahora mismo, los productos de CBD están por todas partes en Suiza: supermercados, tiendas especializadas, quioscos y grandes almacenes. ¡Hasta la cadena de supermercados Lidl ofrece cigarrillos de CBD en sus estantes!

 

Pese a la revolución del CBD y el “cannabis light” que se están viviendo en el país alpino, cuando hablamos de cannabis medicinal el panorama es bastante triste, ya que solo unos cientos de pacientes acceden realmente a él. Para conseguir cannabis medicinal en suiza es necesario una receta, y para poder extenderla, el médico debe obtener una autorización de la Oficina Federal de Salud Pública (OFSP), procedimiento que puede durar hasta 3 o 4 semanas. La complejidad del procedimiento y la espera, hacen que muchos pacientes opten por el autocultivo o la compra en el mercado negro. Por otro lado, la comunidad científica del país exige más estudios para estudiar el potencial terapéutico del cannabis. Los historiadores afirman que el cultivo de cáñamo industrial, en territorio suizo, tiene su origen en la antigüedad. En la época medieval, este país era uno de los principales puntos de comercio mundial de cáñamo y, en la actualidad, supone una gran fuente de ingresos para esta nación. Hoy en día, el cultivo de cáñamo industrial es legal en Suiza si se tiene una autorización expedida por el gobierno.

Pese a la revolución del CBD y el “cannabis light” que se están viviendo en el país alpino, cuando hablamos de cannabis medicinal el panorama es bastante triste, ya que solo unos cientos de pacientes acceden realmente a él. […]  La complejidad del procedimiento y la espera, hacen que muchos pacientes opten por el autocultivo o la compra en el mercado negro.

Alemania

Las leyes alemanas en materia de cannabis son de las más duras de la UE, sin embargo el consumo y tenencia de pequeñas cantidades (consideradas para uso personal) goza de cierta tolerancia en muchos estados del país, en algunos más que otros. La Ley Federal de Estupefacientes de Alemania castiga con hasta cinco años de prisión la posesión de cannabis, mientras que el consumo no está tipificado como delito. Sin embargo, como hemos mencionado, si te encuentran con una “cantidad pequeña” que pueda considerarse para uso personal, los jueces suelen imponer un tratamiento antes que una sanción o pena. Para que una incautación de marihuana pueda considerarse “pequeña cantidad”, los jueces alemanes se fijan la potencia de la cantidad y no el peso. En base a esto, se considera consumo personal un contenido menor de 7,5 g de THC. No obstante, en algunos estados como Berlín, está cantidad se incrementa a 15 g de THC. Llevar a cabo actividades de cultivo, venta y suministro de marihuana puede acarrear penas de prisión de hasta cinco años. Estas aumentarían si se dan circunstancias agravantes como, por ejemplo, la implicación de menores.

Alemania es el único país Europeo donde es ilegal vender semillas de marihuana. Sin embargo, esta ley entra en conflicto con el principio de “libre circulación de mercancías” de la UE, con lo cual queda permitido la importación de semillas de otros países de la UE y, con ello, la compra online siempre y cuando esas semillas nunca sean germinadas.

En cuanto al cannabis medicinal, incluyendo las flores, se legalizó por completo en marzo de 2017. No obstante, solamente puede ser recetado a pacientes con condiciones muy severas, para quienes los doctores consideran que el cannabis es la última alternativa. Además, la disponibilidad de cannabis en las farmacias es muy pobre y con precios muy elevados. Los únicos productos derivados a los cuales se puede acceder ahora mismo son Sativex, Dronabinol y Nabilone, también caros. No obstante, se prevé que esto cambie ya que, el pasado año se empezaron a expedir las primeras licencias para cultivar marihuana medicinal en el país, por lo que no habría que recurrir a la importación para suplir la demanda de cannabis medicinal en el futuro.

Alemania es el único país Europeo donde es ilegal vender semillas de marihuana. Sin embargo, esta ley entra en conflicto con el principio de “libre circulación de mercancías” de la UE, con lo cual queda permitido la importación de semillas de otros países de la UE y, con ello, la compra online siempre y cuando esas semillas nunca sean germinadas.

Reino Unido

En el Reino Unido la marihuana se considera una droga de Clase B, por lo que las penas legales por posesión o consumo pueden acarrear multas indefinidas o prisión de hasta 5 años. En la práctica, las autoridades son mucho más tolerantes, poca cantidad se puede considerar autoconsumo. A la primera incautación se suele poner una advertencia; a la segunda, multa de 90 pounds, y al tercer arresto con cannabis encima sí puede que te apliquen todo el peso de la ley. Estas advertencias y sanciones no quedan registradas como antecedentes penales. En casos de venta y suministro, las penas se endurecen llegando a 14 años de prisión, además de multas muy elevadas. De nuevo ocurre que, en la práctica, estos castigos sólo se aplican si te encuentran grandes cantidades de la planta. Lo habitual es una multa o una pequeña pena de prisión conmutable por servicios a la comunidad, pero dependerá también del historial de la persona.

 En la práctica, las autoridades son mucho más tolerantes, poca cantidad se puede considerar autoconsumo. A la primera incautación se suele poner una advertencia; a la segunda, multa de 90 pounds, y al tercer arresto con cannabis encima sí puede que te apliquen todo el peso de la ley.

En 2003 se despenalizó el cultivo de cannabis para fines médicos. Hasta hoy, el único titular con licencia para ello es la empresa GW Pharmaceuticals, que solo fabrica Sativex cuyo precio es prohibitivo (500 pounds mensuales) para la mayoría.

Cultivo de cannabis medicinal

Malta

Según información publicada por el EMCDDA, la situación legal general del cannabis en Malta es bastante parecida a la nuestra: si bien el Código Penal contempla condenas de cárcel por posesión y tráfico de marihuana, a la práctica los jueces suelen ser bastante laxos y las penas de prisión se reservan a las grandes operaciones. La ley maltesa diferencia entre dos tipos de posesión: posesión simple para uso personal, y posesión con agravantes o posesión de drogas destinadas no exclusivamente al uso del acusado. Las multas por posesión de cannabis oscilan entre los 50 y los 100 euros. Si se comete una segunda infracción del mismo tipo, dentro de un periodo de 2 años, se obliga a la persona a recibir tratamiento. El cultivo de una sola planta se considera para uso personal y no está sujeto a condenas de prisión. Para el resto de casos, así como el suministro de estupefacientes, los castigos van desde los 6 meses a los 6 años de privación de libertad. Las penas se agravan si el delito tiene lugar cerca de una escuela u otro centro frecuentado por menores así como si se da la implicación de terceros. En enero de este año, la recién nombrada secretaria parlamentaria maltesa, Rosianne Cutajar, declaró públicamente sobre la decisión de su gobierno de legalizar completamente el cannabis recreativo en el país en dos años.

 En enero de este año, la recién nombrada secretaria parlamentaria maltesa, Rosianne Cutajar, declaró públicamente la decisión de su gobierno de legalizar completamente el cannabis recreativo en el país en dos años.

Para el gobierno de Malta y, en particular, el primer ministro Dr. Joseph Muscat el cannabis medicinal es una gran oportunidad de negocio para el pequeño país a nivel mundial. Su objetivo es despuntar en la producción y exportación de cannabis de calidad para uso médico. Los primeros pasos ya los está dando, este año tuvo lugar en la isla la primera edición de la Medical Cannabiz World, un congreso dedicado única y exclusivamente a la industria del cannabis medicinal que cuenta con entero apoyo de las administraciones y el sector empresarial del país mediterráneo.

Luxemburgo

Este diminuto país con el sueldo mínimo más alto de Europa, ha copado los titulares de periódicos de todo el mundo con las intenciones de su gobierno de legalizar totalmente el cannabis recreativo para personas adultas, a lo largo de este año. Por otro lado, Luxemburgo fue el último país de la Unión en legalizar el cannabis medicinal, el 28 de junio de 2018. Su ley ha encontrado numerosas críticas por parte de profesionales de la salud y activistas por limitar el acceso al cannabis medicinal a gran parte de la población. La ley permite que cualquier médico, con una capacitación relevante, recete cannabis únicamente a pacientes que sufren de dolor crónico, náuseas relacionadas con la quimioterapia o espasmos musculares que resultan de la esclerosis múltiple. El cannabis medicinal se importa desde Canadá en forma de aceites o cápsulas, y solo estará disponible en farmacias hospitalarias, por lo que la disponibilidad es limitada, sobretodo para aquellas personas que residen en áreas rurales.

Este diminuto país con el sueldo mínimo más alto de Europa, ha copado los titulares de periódicos de todo el mundo con las intenciones de su gobierno de legalizar totalmente el cannabis recreativo para personas adultas, a lo largo de este año. Por otro lado, Luxemburgo fue el último país de la Unión en legalizar el cannabis medicinal, el 28 de junio de 2018.

Austria

Las leyes sobre cannabis son bastante restrictivas en Áustria. La posesión, el cultivo y la venta de esta planta para cualquier uso están tipificados como delitos. Es legal la posesión con receta de medicamentos a base de cannabis como el Sativex o el Marinol.

Israel

El cannabis para uso recreativo se despenalizó en marzo de 2017, si bien no ha sido efectivo hasta abril del pasado año. Ahora, la tenencia y uso en privado de cannabis así como su cultivo para uso personal por parte de personas mayores de 18 años, no supone un delito penal. Las multas por posesión de pequeñas cantidades en público ascienden a los 270 euros aprox. por una primera incautación. A la segunda, se elevan hasta 500 euros y, un tercer arresto en un período de 7 años, puede significar penas de cárcel.

Esta joven nación ha sido pionera en la investigación y desarrollo del cannabis en el campo médico, en gran parte gracias al apoyo por parte de su gobierno. Desde 2007 está en marcha un eficiente plan de cannabis medicinal del cual, hoy en día, se benefician cerca de 30.000 personas. Es merecedor de mención el doctor Raphael Mechoulam, quién en los años 60 aisló por primera vez los dos principales cannabinoides de esta planta: el CBD y el THC.

Esta joven nación ha sido pionera en la investigación y desarrollo del cannabis en el campo médico, en gran parte gracias al apoyo por parte de su gobiernoDesde 2007 está en marcha un eficiente plan de cannabis medicinal del cual, hoy en día, se benefician cerca de 30.000 personas. 

República Checa

Este es uno de los pocos países del este, junto con Croacia, donde María goza de algo de libertad. El uso recreativo está despenalizado, también el cultivo y la posesión de hasta 15 g. El uso medicinal ha sido legal desde 2013, pero solamente accesible para un número muy limitado de pacientes, que pueden poseer hasta 30 gramos para consumo personal. Las empresas checas pueden, sobre el papel, cultivar cannabis medicinal con una licencia; sin embargo, ninguna licencia ha sido concedida hasta el momento. Actualmente, todo el cannabis medicinal que hay en el país procede de Bedrocan, una empresa holandesa.

 

Cultivo de marihuana medicinal

Croacia

Desde 2015 que este país de playas paradisíacas permite el acceso con receta a productos derivados del cannabis (incluyendo aquellos que contienen THC), para el tratamiento de enfermedades como el SIDA, la esclerosis múltiple y la epilepsia infantil.

Eslovenia

En Eslovenia, el medicamento derivado del cannabis, Marinol, está disponible de forma legal bajo prescripción médica. No obstante, el programa que permite el acceso a esta medicina cuenta con unos requisitos tan estrictos que apenas unas 200 personas se están beneficiando de él en la actualidad.

Rumanía

La ley 339 aprobada en 2005 permite el cultivo de cannabis médico a aquellos “granjeros autorizados”, si bien el gobierno no ha expedido todavía licencia alguna, ni tampoco permite la importación de cannabis. Por lo tanto, en este país el cannabis medicinal no es una realidad.

Hungría

La ley 162 aprobada en 2003 y la ley 66 de 2012 permiten el cultivo de cannabis con un alto contenido de THC para usos científicos, farmacéuticos o técnicos con autorización, pero el cultivo está permitido exclusivamente a empresas, queda prohibido por parte de individualidades. El Sativex se receta y utiliza en un gran número de pacientes con esclerosis múltiple, pero no se permite la prescripción de otras formas de cannabis, ni tampoco existe un programa oficial de cannabis medicinal.

Italia

A finales del pasado año, la comunidad cannábica italiana celebraba la gran noticia de la despenalización del cultivo de cannabis en el país. El Tribunal Supremo italiano ha decidido que el cultivo de cannabis casero y para consumo personal ya no será un delito. El TS transalpino hace hincapié en el concepto “casero”, que entiende como cultivo mediante «técnicas rudimentarias», que no están especificadas sino que dependerán del criterio del juez. Siguen siendo delitos con penas graves la venta y suministro de cannabis a terceros, aunque este provenga del autocultivo. Según la legislación de 1990, en Italia es legal usar cannabis pero poseerlo y venderlo está castigado con penas de hasta 6 años. Esta puede disminuir hasta 4 años o 6 meses si el delito se considera menor, para lo cual se tendrá en cuenta ciertas circunstancias como el modo de venta, los motivos, la conducta del inculpado y su carácter. El cannabis está considerada una “droga blanda” por lo que las penas por delitos relacionados con esta sustancia son menores que con las consideradas “drogas duras”, como son la cocaína o la heroína, por ejemplo.

A finales del pasado año, la comunidad cannábica italiana celebraba la gran noticia de la despenalización del cultivo de cannabis en el país. El Tribunal Supremo italiano ha decidido que el cultivo de cannabis casero y para consumo personal ya no será un delito. El TS transalpino hace hincapié en el concepto “casero”, que entiende como cultivo mediante «técnicas rudimentarias», que no están especificadas sino que dependerán del criterio del juez.

Cuando se legalizó el cannabis medicinal en Italia allá por el 2013, los pacientes sólo podían servirse de un medicamento llamado Bedrocan, que se importaba de los Países Bajos. Como consecuencia de esta restrictiva ley, el suministro era escaso y el precio, prohibitivo. A partir de 2015, se autorizó al ejército italiano a cultivar (exacto, habéis leído bien, el ejército…) cannabis para uso médico, pero la situación no ha cambiado mucho por el momento. Actualmente, para tener acceso a cannabis medicinal, siguen siendo necesarias receta médica y aprobación ministerial. La oferta es mucho más escasa que la demanda y los precios siguen siendo extremadamente elevados, por lo que los usuarios de cannabis medicinal tienen que seguir recurriendo al mercado negro para obtener su tratamiento.

Se conoce que en Italia se cultiva cáñamo industrial des del S. I, y ha sido uno de los cultivos más extendidos en su territorio hasta la entrada en vigor de la Convención Única en 1961. De hecho, hasta después de la Segunda Guerra Mundial, el país basaba gran parte de su economía en las importaciones de cáñamo y sus productos derivados. En la actualidad, es posible cultivar cáñamo industrial en el país.

El boom del CBD en Italia ha sido una de las noticias que ha sacudido la escena cannábica mundial. El pasado 14 de enero de 2017, entró en vigor la ley 242 que daba luz verde a la producción y comercialización de productos a base de cannabis, así como las flores de esta planta que contengan entre un 0,2% y un 0,6% de THC (conocido como “cannabis light”). Esta buena noticia ha propiciado la aparición de cultivos legales en todo el país, con estimaciones actuales de hasta 4.000 ha de cultivos de cannabis con bajo contenido en THC, destinado al mercado de la marihuana recreativa. Hoy en día, podemos encontrar productos con CBD en más de 500 establecimientos, y este sector en expansión genera 40 millones de euros al año. Sin embargo, el marco legal en el que se encuentra actualmente el «cannabis light» en Italia sigue siendo impreciso y confuso, situando a estos comercios en una posición de alegalidad.

El boom del CBD en Italia ha sido una de las noticias que ha sacudido la escena cannábica mundial. El pasado 14 de enero de 2017, entró en vigor la ley 242 que daba luz verde a la producción y comercialización de productos a base de cannabis, así como las flores de esta planta que contengan entre un 0,2% y un 0,6% de THC (conocido como “cannabis light”).

Grecia

El consumo, posesión y cultivo de cannabis para uso recreativo son delitos en Grecia aunque, desde la entrada en vigor de la enmienda de 2013, el consumo personal está más tolerado. No obstante, las consecuencias legales son más duras que en otros países europeos y, si te pillan con una pequeña cantidad de marihuana (no está especificada la cantidad concreta), podrán imponerte una pena de hasta 5 meses de cárcel. Los jueces son quienes deciden la sentencia según las circunstancias y la cantidad incautada. Los castigos por venta y suministro de cannabis en Grecia alcanzan los 8 años de prisión, y puede llegar a cadena perpetua si la persona acusada posee un cargo público. En ocasiones, se impone una multa de entre 50.000 y 500.000 euros. El cultivo es también totalmente ilegal, incluso en espacios privados y para uso personal, si bien en la práctica es poco probable que te condenen por plantar unas pocas plantas para consumo personal. Pese a las trabas que la ley pone al autocultivo, las semillas de cannabis son legalmente importadas y comercializadas en el país para uso decorativo. Se pueden comprar, en la red, de manera totalmente libre; pero no germinarlas.

El consumo, posesión y cultivo de cannabis para uso recreativo son delitos en Grecia aunque, desde la entrada en vigor de la enmienda de 2013, el consumo personal está más tolerado. No obstante, las consecuencias legales son más duras que en otros países europeos y, si te pillan con una pequeña cantidad de marihuana (no está especificada la cantidad concreta), podrán imponerte una pena de hasta 5 meses de cárcel.

En marzo de 2018 el parlamento griego aprobó una ley que autorizaba la producción, con licencia, de cannabis para fines terapéuticos y sus productos farmacéuticos derivados. Unos meses más tarde, en noviembre de ese mismo año, los primeros permisos para cultivar cannabis para uso medicinal fueron expedidos. Únicamente si eres una empresa farmacéutica puedes optar a una licencia para cultivar cannabis medicinal legalmente. Las primeras empresas nacionales en recibir la licencia para cultivar cannabis medicinal han sido Biomecann y Bioprocann, y se espera que se expedan más licencias en el futuro; también a empresas de otros países tales como Canadá o Israel. El Viceministro de Economía y Desarrollo de Grecia y el gobierno en general confían en el potencial del mercado griego de cannabis medicinal para reactivar la economía y generar empleo. Actualmente, se calcula que por lo menos doce proyectos, unos 185 millones de euros en inversiones, están a la espera de su autorización.

La empresa Hempoil instaló la primera máquina expendedora de cannabis en Atenas hace apenas un año, que se espera sirva de reclamo turístico para el país helénico. Esta máquina dispensa únicamente cannabis industrial (con menos de un 0,2% de THC) a unos precios de entre 10 y 15 euros el gramo. En Grecia se legalizó el cultivo de marihuana industrial para distintos propósitos (papel, textil, material de construcción, plástico) en 2017.

Primera máquina expendedora de «cannabis light» en Grecia

Hasta aquí un repaso a la actualidad legal del cannabis en Europa, en lo que pretende ser un breve manual sobre leyes y marihuana para el uso y disfrute de la comunidad cannábica. Esperamos que te sirva y, si estás pensando en hacer un viaje teñido de verde, ¡mejor infórmate sobre las leyes del lugar de destino antes de partir!

¡Buen viaje familia!